La idea de Don Rafael Díaz de tener una casita en el cielo lo obsesionó y no quiso esperar a poseerla en otra vida. Un día pasó a ser propietario de un edificio de diez pisos en el que sólo se vendían muebles, coronado por un chalet normando como uno que había visto en la ciudad de Mar del Plata.
En 1927 completó su sueño. Inauguró "Muebles Díaz" que se convirtió en una de las grandes tiendas de la ciudad de Buenos Aires. Todo el mundo la conocía como "la mueblería del chalecito". Mónica Abal de Schiavon, su bisnieta, cuenta que el hombre decidió hacerse una sucursal de la propia casa en la terraza del edificio de su negocio para dormir las siestas.
Vea otro chalecito europeo en Buenos Aires de diseño germánico.